All that we see or seem

Is but a dream within a dream.”


2016-02-16

Una Niña



  Érase Una Niña un cuatro de marzo. Su vestido se hinchaba cual navío orgulloso, enmarañado en hilos de  cabello anaranjado y dorada mañana. Sus blancos tobillos arrullaban el verdor de la tierna hierba, aún incrustada en rocío. Sonaba, desde algún lugar lejano, una melodía encantadora. Una Niña la había escuchado antes, pero no recordaba cuándo.

  Una Niña recorría con las yemas de los dedos las caracolas de los árboles al pasar, mientras su vestido cabezeaba, campanil, a punto de dormirse. Si se escuchara atentamente, incluso se podría percibir un ligero ronroneo.

  Las mejillas de Una Niña se desteñían a cada paso rumbo a la oscuridad del bosque, como deshilachándose, tal vez difuminadas por la bruma. Sus ojos de algún color brillaban en la penumbra, prendados del silencio. Su reflejo mitológico iluminaba mil pecas que parecían girar al ritmo de sus pasos. Mientras tanto, notas perdidas entre las arácnidas ramas formaban una canción desordenada, que sin embargo Una Niña encontraba vagamente familiar.

  Una Niña llegó a la linde del bosque un cuatro de marzo con los ojos cerrados y un espejismo de sonrisa, iluminada por las primeras auroras. Como si caminase al son de una melodía encantadora.